lunes, 3 de septiembre de 2012

Pablo Hasel - Decía ayer el progre chupi-guay de Alberto Garzón que “los GRAPO eran terroristas ...


Pablo Hasel (@)

Posted Saturday 1st September 2012 from Twitlonger


Decía ayer el progre chupi-guay de Alberto Garzón (IU) que “los GRAPO eran terroristas que atendían más al dogma que a la razón” y más tarde añadía que “quienes matan y secuestran son terroristas”.

El señorito que hoy ocupa una poltrona gracias a la sangre culpable que derramaron valientes hace años por nuestros escasos derechos, debe creer que las pocas libertades que tenemos se conquistaron desde una silla condenando a quienes tenían las agallas de plantar cara a la injusticia sin medias tintas. 

Falta al respeto a todos los revolucionarios de la historia y los llama terroristas porque desgraciadamente para hacer revoluciones se tuvo que matar y mucho. 

Ojala las pudiéramos hacer con abrazos, montando fiestas o repartiendo piruletas de IU, pero quien asegure como él que con las urnas conseguiremos un conato de socialismo (porque su reformismo no da para más) miente como un bellaco y si encima sabe que no será así, pero se lucra callando la objetiva realidad, entonces como dijo Bertol Brecht: es un criminal.

Garzón hace honor a su apellido e igual que el juez estrella cómplice de numerosas torturas a militantes antifascistas, usa el lenguaje de la oligarquía y no se le ocurre otra cosa que llamarles “terroristas”. Podría haber reconocido discrepancias ideológicas, podría haberse quedado en la burrada de “dogmáticos”, pero no, como cara más descafeinada del capitalismo tenía que llamarles así, sólo faltaba apuntar que desayunaban niños y que cogían las armas por capricho. 

¡Diantres, hay que ser capullines para jugarse cadena perpetua con el chollo bien montado que tienen algunos como Alberto! Pero es que algunos son comunistas hasta la médula y eso de mentir al pueblo por poltronas… como que no.

Como si la oligarquía gozara de menos poder que en la Rusia de los zares, para algunos es antiguo y desfasado eso de imaginar al pueblo armado rebelándose ante la tiranía. 

Pero no pasa nada, el tiempo nos dará la razón porque repito que muy a mi pesar, no sólo la ley electoral impedirá que hasta las reformas más lights puedan llevarse a cabo, pues los poderosos tienen muy claro que con las armas van a seguir defendiendo sus privilegios. 

Entonces el juicio de la historia dejará a los de su calaña en su lugar y a quienes dieron su vida por el cambio, en el suyo. 

Mientras, puede seguir poniéndose a la altura de los fascistas a la hora de juzgar a revolucionarios, no sería la primera vez que les dan la razón: sólo hace falta ver lo bien que habla Ynestrillas de Julio Anguita, otro cómplice con su cobarde silencio de brutales torturas a comunistas de los GRAPO y del PCE (r) cuando se reunía entre risas con Aznar.

Si según su lógica los GRAPO eran terroristas por matar y secuestrar…¿Entonces qué son los del PCE (r) que no practican la lucha armada? Porque en este Estado fascista militar en el Partido Comunista de España Reconstituido son 11 años de cárcel sin delito de sangre alguno. 

Pero claro, el sinvergüenza de Garzón antes que llamar terrorista al Estado por semejante represión, prefiere lanzar sus dardos contra revolucionarios. 

Le da mucha más pena que los GRAPO secuestren a un explotador que un militante del PCE (r) recibiendo todo tipo de torturas (debería leer algunos relatos de estas, a ver qué cara de socialdemócrata se le queda). No son especulaciones, pues a los primeros los ataca y de las torturas jamás ha dicho ni mú, no fuera que perdiera su poltrona. 

Como bien decía una compañera: “es mucho más fácil llamar terroristas a quienes cogieron el fusil, que defenderlos”. Con “izquierda” así, no hace falta la manipulación de la prensa burguesa.

Según él no atendían a la razón, como si no hubiera razones para hacer la revolución. Desde luego que el no la hace, por ello desde arriba lo dejan tranquilo, es más, les hace un favor cortando fuegos, condenando a luchadores, siendo la coartada de esta dictadura para decir que aquí hay democracia. 

El terrorista de Emilio Botín (este sí) nos diría con la sonrisa cínica y frívola que bien le retrata: -¿Cómo dicen ustedes que no hay democracia? ¡Si pueden votar a rojos como Alberto Garzón!

Encima tiene la jeta de decir que en alguna ocasión ha dicho que aquí falta democracia. Siempre hablando con eufemismos y medias tintas, no fuera que molestaran demasiado y se les acabara el chollo. 

¿Cuándo dirán alto y claro en el congreso que esto es una dictadura en la que se encierra y persigue a gente por sus ideas? 

¿Cuándo que la mal llamada “transición” no fue más que maquillaje y que instituciones fascistas como la Audiencia Nacional son un tribunal político al servicio de la oligarquía heredera del franquismo? 

Garzón no es un comunista y por ello no tiene la solidaridad que nos caracteriza a los que aún sin ser héroes como otros, la ejercemos bastante. Prueba de ello es que si mañana el Estado lo encerrara a él, cosa que no hará porque no le supone molestia alguna, yo denunciaría la represión y me movilizaría por su libertad ante semejante atropello fascista. Cosa muy distinta sucede cuando a diario se violan los derechos humanos de presos antifascistas y él no mueve un dedo ni lo denuncia.

Tiene que recurrir para desacreditar a revolucionarios a lo que todo reformista y mano izquierda del tío Sam acude: la acusación de dogmatismo. En este caso todo un piropazo, porque si mantenerse fiel a principios básicos del comunismo es serlo, y por ello lo dice, queda hasta bien. 

Pero no usa el término adecuado, pues poco hay menos dogmático que la línea marxista-leninista que hace autocrítica constante y se nutre de las experiencias. A diferencia de él, cuya autocrítica no debe ser muy aguda, tal vez nublada por la vanidad, pues de serlo comprobaría que para ser un “revolucionario” tiene al Estado demasiado contento con su labor. 

Alberto está siendo muy dogmático con eso de condenar usando calificativos propios de la derecha a quienes sí supusieron un problemón para la oligarquía y para quienes en la falsa transición (no como los coleguis suyos como Carrillo) no aceptaron el insulto que supuso para los antifascistas una monarquía impuesta por el caudillo y un cambio para que todo siguiera igual.

Imagino que fueron muy dogmáticos negándose a dar la mano a los fascistas mientras los cadáveres de los republicanos seguían pidiendo a gritos justicia y ellos no sólo no pedían perdón, sino que seguían con el poder económico, con la Iglesia a su lado, con la educación modelada a su favor, con la prensa y la TV controladas, vamos, con el poder a todos los niveles, el armamentístico incluido. 

Por ello hoy en televisiones como Intereconomía se hacen homenajes a Franco y un militante del PCE (r) pasa 11 años como mínimo entre rejas con el peor de los tratos tras recibir torturas y aquí no pasa nada, para Alberto Garzón tampoco, porque el muy traidor encajaría en la mesa de Intereconomía condenando con la misma fuerza a los GRAPO. 

El muy mierdas no podía quedarse en reconocer diferencias ideológicas, no, él desea que se pudran en la cárcel por terroristas porque es de ser muy malos malotes eso de volar parte del Valle de los Caídos, debe ser mucho más digno desear una pronta recuperación al fascista del Borbón como hizo su Cayo Lara. ¿En serio pensáis que no se descojona después de visitarle en la Zarzuela con las propuestas de IU? 

Dentro de la pena y el asco que me da la tremenda cobardía hipócrita de apoltronados de su pelaje, estas frases-perla dignas de ser enmarcadas, vienen de maravilla para que se retraten. Lo sorprendente es que aún haya ingenuos o tarados que con una bandera comunista de avatar sean capaces de defender a quienes llaman terroristas a guerrilleros que, independientemente de que uno esté totalmente a favor o no de sus posturas, son comunistas y han dado sus vidas contra el fascismo. 

Ellos no se agacharon cuando los pactos de la Moncloa, entre otros planes de la burguesía, masacraban por muchísimos años nuestros derechos y libertades más básicas. Mientras la oligarquía fascista brindaba por descojonarse de la transición con todos sus privilegios intactos e incluso aumentados, hubo algunos que les hicieron temblar un poco, algo que nunca lograrán Albertos Garzones de turno. 

Lo menos es reconocer su valor y no ocultar una cobardía patológica atacándolos. Como dijo Martí, quien inspiró la revolución cubana de la que Alberto tampoco es muy amigo: “Si no tienes la decencia de luchar al menos respeta a quienes sí lo hacen”. 

Y luchar, desde luego, no es tirar mierda sobre quienes ya tienen suficiente con las toneladas que vierte la manipuladora prensa burguesa sobre ellos, porque además se nota de sobras que Alberto no ha leído nada o bien poco salido de los GRAPO, como todos los que lo defienden sin tener ni idea, simplemente porque es de su mismo partido, pero claro, eso no es dogmatismo. 

Luego pedirán unidad con un cinismo desmedido. ¿Unidad con quienes faltan al respeto a militantes antifascistas torturados y con los derechos humanos violados a diario? 

Y un carajo, básicamente porque tirando mierda a luchadores ejemplares son de todo menos antifascistas. 


Pablo Hasel

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